Érase una vez un vaquero que perdió el sombrero en 1903. Miró en el armario. También miró en su bolsillo del pantalón. Y etcétera. No lo encontraba ni tenía un caballo que se llamaba Milmel. Se iban juntos a otros pueblos como Madrid o Cenes de la Vega.
Les gustaba ir por allí porque su trabajo era llevar rebaños de terneras y tenía dos pistolas para defender a sus rebaños y su casa.
Había muchos animales salvajes.
FIN.
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