Había una vez un niño que se llamaba Pablo. Pablo, tenía un estuche que andaba. Cuando iba al colegio y llegaba la hora del recreo, Pablo y sus amigos se salían de la clase. El estuche, se iba a su casa. Cuando Pablo y los niños entraban a clase, el estuche no estaba. Pablo, se lo dijo al profe y le preguntó a toda la clase, si lo habían visto.
Cuando pasó una hora, el estuche regresó a la escuela y dijo:
_ ¡¡Perdón por el retraso!!
Y se fue a su sitio.
FIN.
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