Érase
una vez un reloj muy especial, era mágico porque cuando daba las horas “en punto” contaba una historia.
El
reloj se encontraba en la plaza del pueblo y cuando daba la hora en punto todos
los niños del pueblo iban corriendo a la plaza a escuchar las historias que el
reloj contaba.
Un día,
el reloj desapareció, alguien lo había robado y todos los niños estaban muy
tristes.
Entonces
todo el pueblo empezó a buscarlo y después de estar buscando una semana, por
fin apareció. Estaba en el fondo del río. Alguien lo había tirado.
Los niños lo cogieron y se lo llevaron al
carpintero del pueblo para que lo arreglara.
Entonces,
de nuevo, lo pusieron en la plaza del pueblo y todos los niños volvieron a
estar contentos porque podían seguir escuchando las historias fantásticas que
el reloj contaba todos los días del año.
FIN.
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