Los niños
entraron por la puerta. Había un pasadizo: cuando tocaban los árboles sonaban
pajaritos, cuando tocaban las flores sonaban como DO, RE, MI, FA, SOL, LA, SI… Cuando
te montabas en los bancos parecía que te montabas en una montaña rusa. Los
columpios se movían solos. Cuando te metías en la piscina se convertía en el
mar y los juguetes se convertían en los animales del mar.
Un día la bruja
entró pero el mago puso un hechizo:
“Si mi
hermana, Amina, Candela y yo nos reíamos la bruja se convertía en buena”.
Y no pasó
nunca más.
FIN.
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