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PARA ESCUCHAR MEJOR. |
Había una vez un oído que no oía, el oído era muy sordo. Cuando le decían a comer se tiraba a la piscina. Cuando le decían a dormir se iba a la ducha.Un día fue al médico otorrinolaringólogo y le recetó una trompetilla.
A partir de ese día el oído vivió muy feliz y se puso un pendiente.
FIN.
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